Los que me seguís por Instagram sabrán de qué hablo…
Hace cosa de un mes me uní al reto #Shesgotlegs donde cada día se debía subir una foto con la pose de yoga que tocaba.
Desde pequeña siempre he practicado mi flexibilidad de diferentes formas: ballet, gimnasia rítmica… Pero con el tiempo simplemente he intentado no perder la flexibilidad adquirida mediante ejercicios rutinarios o en los estiramientos tras hacer ejercicio.
Cuando comencé a hacer yoga, se abrió un nuevo mundo a mis pies: por fin podía aplicar mi habilidad en algo. Aun así (y como podréis comprobar) no tengo mucho nivel de yoga. La verdad que he asistido a muy pocas clases presenciales, y la mayoría no de mi agrado/nivel. El 90% de lo que sé de yoga es via internet, y no os negaré que ardo en deseos de encontrar una buena academia de yoga.
Pues bien, con este reto pude comprobar a qué nivel estaba. No es lo mismo estar en forma en ejercicios aeróbicos que en la disciplina mental y física como puede ser el yoga.
No pude realizar la totalidad del reto, ya que a partir del día 20 la cosa se pone complicada: la cosa va de fuerza y equilibro, cosa que necesito mejorar muchísimo! Y antes que subir una aberración de pose, prefiero hacer un: próximamente, jajaja.
Durante el mes de septiembre estaré practicando más posiciones de yoga, para poder comenzar otro reto en noviembre, pero poder hacerlo bien y completarlo.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!